La barca de nuestra vida se encuentra navegando por el mar de este mundo y muy a menudo nos encontraremos que las olas de los desafíos de vivir en una sociedad tan competitiva y compleja, azotarán violentamente nuestra embarcación, como le ocurrió a los discípulos de Jesús hace dos mil años mientras cruzaban el Mar de Galilea.
Jesús mismo les había ordenado "entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera" (Mateo 14:22); El los retó a cruzar el mar... a ir al otro lado... pero de seguro que no los iba a dejar naufragar y ahogarse en la profundidad de las aguas..., y ¿sabes? tampoco lo hará con nosotros.
¿Recuerdas lo que ocurrió en aquella madrugada?
"Jesús vino a ellos andando sobre el mar" (Mateo 14:25)
¿Cómo reaccionaron los discípulos?
"Los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo." (Mateo 14:26)
Nuestro enemigo desea, que en tiempos de aflicción y adversidad, tengamos una visión distorsionada de Jesús... su meta es que no le podamos ver claramente... sembrar en nosotros la duda y el temor... verlo como un "fantasma", y no como en realidad es: ¡Nuestro Dios y Nuestro Salvador!
¿Te lo imaginas? Una tormenta azotando a tu alrededor... las olas que se levantan... el viento soplando... y de pronto ves a Jesús, caminando sobre todo eso... imponente, majestuoso... viene a tu rescate... solo un segundo más y te hundes, pero ahí viene él...
"Pero en seguida Jesús les habló diciendo: ¡TENGAN ANIMO! ¡YO SOY! ¡NO TEMAN!" (Mateo 14:27)
He resaltado intencionalmente las palabras que Mateo escribió (no olvidemos que a su vez, el fue un testigo ocular de lo que aconteció en aquel amanecer): "JESÚS VINO A ELLOS...EN SEGUIDA JESÚS LES HABLO".
¿Recuerdas la última vez que pasaste por una situación verdaderamente desesperante? Quizás estés pasando por algo así, ahora mismo. Si pudieras permitirle a JESÚS VENIR A TI y si pudieras ESCUCHAR LA VOZ DE JESÚS HABLARTE, de seguro podrías sentir LA PAZ, que solo él te puede dar.
JESÚS puede ser el puente, sobre las aguas turbulentas, que tú necesitas en este momento...
Nosotros no podemos evitar que nuestra barca sea azotada por las olas de los problemas económicos, de la pérdida de un trabajo, de las enfermedades, de la pérdida de una relación o algún ser querido, etcétera; pero si acudimos a Jesús para escuchar Su voz, nuestra embarcación no navegará sin rumbo; no nos hundiremos!!!, porque nuestro Capitán está siempre a nuestra disposición y nos alienta diciéndonos: ¡TENGAN ANIMO! ¡YO SOY! ¡NO TEMAN!