La Palabra de Dios nos nutre porque oímos la voz de Dios
hablándonos desde sus páginas. Por medio de la oración, hablamos con
Dios y dejamos nuestros problemas en Sus manos confiando en que él puede
resolverlos. Así es como logramos estar en comunión y paz con Dios.
La fe y la oración son algo poderosísimo. Millones de personas lo
han experimentado. No hay droga, calmante, ni sedante que se pueda
comparar con la fe en Dios Todopoderoso y la oración.
El enemigo de Dios y de nuestra alma quisiera engañarnos y
decirnos que no es verdad, que es solo imaginación, pero los que lo vivimos
diariamente lo experimentamos y lo vemos igualmente actuando de forma
efectiva en otros creyentes que conocemos.
Dice en Mateo
11:28
“Venid a mi
todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi
yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; Y
HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS; porque mi yugo es fácil y ligera mi
carga”.
La vida Cristiana es una vida VICTORIOSA Y FELIZ. Muchos no saben
esto porque no la conocen. Han conocido la religión, (que es un engaño humano), y
suplanta la relación personal con un Dios amoroso, misericordioso, y compasivo. Yo he estado en los dos lugares y puedo atestiguar sobre la
veracidad de estas palabras de Jesús. Lo que realmente pesa es el pecado sin
confesar..., es la carga más grande que soportamos sobre nuestros hombros.
Dice La Biblia: “Si confesamos nuestros pecados, él (Jesús), es fiel y
justo para perdonarnos nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. 1 Juan 1:9
Estos versos se hacen reales solo después de haberlos
experimentado.
“La noche que le pedí a Dios, en el nombre de Cristo,
que perdonara mis pecados; yo estaba cargado con un peso de
culpabilidad y temor. Después de unos momentos de confesión a Dios y arrepentimiento,
la culpa y temor desaparecieron, y una alegría inmensa invadió mi corazón. En
vez de innumerables visitas al siquiatra para deshacerme de los sentimientos de
culpabilidad los cuales me producían tantos problemas de salud, hice una visita
al altar de Dios y me libré del sentido de culpabilidad que me había
estado atormentando durante años”.
La oración
es efectiva y poderosa, capaz de eliminar la ansiedad, temor y preocupaciones
de la mente de cualquiera que la practique. Pero hay que tener fe en que Dios
oye nuestras oraciones, porque creemos en El, y sabemos que nos ama, nos escucha,
y quiere ayudarnos.
“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti
persevera; porque en ti ha confiado”. Isaías 26:3
“La paz os dejo, mi paz os doy. Yo no os la doy como el mundo la
da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Juan 14:27