Dios es nuestro amparo



"Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones." Salmos 46:1

Si estas pasando por una situación difícil y te quita el sueño, confía en el Señor, El nunca te desamparará. El es tu fortaleza y auxilio, y aunque estés pasando por valles de sombras y de muerte, no temas, porque Dios está contigo. 


El te infundirá aliento para seguir, y te dará la victoria al final. Permanece en Cristo, no mires atrás, sigue adelante hasta llegar a la meta, donde te espera la corona de la vida. Recuerda que si le has dado tu vida al Señor, El está en control de todo, y tu corazón no temerá lo que te pueda hacer el enemigo. Manténte firme y no desmayes.

En estos tiempos donde hemos experimentado catástrofes en varios lugares, y todo tipo de calamidades, este hermoso Salmo nos hace recordar que en medio de la tribulación, Dios es nuestro amparo y fortaleza. Es por eso que este Salmo ha sido de mucha inspiración para los cristianos por siglos, que lo han cantado en forma de himno, y de coro también. La Biblia de las Américas dice en el verso uno: “Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.” Un Amparo o un Refugio, es lo que se encuentra dentro de una fortaleza. Una fortaleza antigua nos recuerda las ciudades amuralladas, o aún los castillos de antes, que estaban protegidos por murallas gruesas que difícilmente se podían penetrar. Ese lugar es nuestro SEÑOR que en Su Fidelidad, nunca desampara a los Suyos, sin importarle raza o nacionalidad.

El creyente nunca está solo, puede ser que esté pasando por tentaciones y pruebas, pero dentro de la Fortaleza que es nuestro SEÑOR, encuentra el amparo y la protección necesaria. ¡Cuánto necesitamos a Dios TODO el tiempo y en todo lugar! Es por eso que al poner la confianza en el SEÑOR, es como entrar en un Castillo Fuerte, bajo la Protección del Todo Poderoso.

Este Salmo nos está hablando de desastres como terremotos, huracanes, maremotos, y todo tipo de desastre natural como son conocidos. Es ahí donde la confianza del creyente se hace notoria al poder decir que, “no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar.”

No olvidemos el hecho de que Dios es nuestro refugio tanto ahora mismo, en este presente momento, como lo era cuando David escribió estas palabras. Dios solo es nuestro todo. Todos los demás refugios son refugios temporeros; toda otra fuerza es debilidad; el poder eterno y permanente le pertenece a Dios. Dios es suficiente en todo, nuestra defensa y poder (en El) están a la altura de cualquier situación.