-Conocer a Dios- Es muy difícil confiar en alguien que uno no conoce. Nuestras relaciones ya sean personales o profesionales están basadas en la confianza. En las compañías, cuando contratan a una persona, hay un tiempo de evaluación antes de hacer a esa persona un empleado permanente. De igual forma, antes de casarse, hay un tiempo de noviazgo. Para confiar en Dios hay que conocer a Dios. Un personaje de la Biblia llamado Job dijo unas palabras muy profundas:
“De oídas había oído hablar de tí; pero ahora te veo con mis propios ojos.” Job 42:5
Muchos tenemos la mala costumbre de querer hablar de cosas que no conocemos ni entendemos, no porque no tengamos la capacidad o el tiempo para saber de cierto tema o de cierta persona, si no por que no hemos hecho el esfuerzo personal de consultar, preguntar o estudiar profundamente acerca de ese tema.
La Biblia dice: "Pedid y se os dará, buscad y hallareis, llamad y se os abrirá."
Dice también: "Me buscareis y me hallareis, porque me buscareis de todo vuestro corazón."
Hoy en día muchos hablan de Dios, pero hablan de lo que escuchan de otras personas. Escuchan que Dios es bueno pero, quizás en sus vidas no han experimentado su bondad. Escuchan de milagros pero no han visto milagros en sus vidas o en sus familias.
Otros hablan mal de Dios y hasta le niegan. Han tenido experiencias negativas en alguna iglesia o con algún líder. Quizás Dios no les ha contestado alguna petición. Algunos prefieren el camino fácil y corto de negar su existencia, en lugar de tomarse el tiempo y hacer el esfuerzo de conocer realmente a Dios.
Esto sin saber, que conforme vamos conociéndole, nos vamos dando cuenta de su poder, de sus virtudes y su grandeza.
-Conocer y compartir con otras personas que confían en Dios- Un consejo para aprender a confiar en Dios es conociendo a otras personas que conocen a Dios y confían en él. Un maestro de música me dijo una vez: “Jonathan, si quieres ser un mejor músico tienes que juntarte con músicos mejores que tú” y tengo que admitir lo correcto que estaba este profesor. Yo me he encontrado en ambos lados del espectro musical, me he juntado con músicos con un nivel de música inferior y he notado que mi nivel de crecimiento musical se estanca, hasta mi ánimo de seguir disminuye. Pero cuando me he juntado con músicos y profesores mejores que yo, me siento desafiado a subir a otros niveles. El escuchar sus experiencias y sus consejos me animan a seguir adelante.
Cuando tú conoces personas que han pasado por situaciones mucho más difíciles que la tuya y están firmes y animados, te das cuenta de lo grande que es Dios. Cuando hablas con ellos y te comentan sobre lo que están enfrentando, sus palabras te van a dar ánimo y aliento y te van a recordar el poder y la soberanía de Dios.
-Orar- Un medio muy importante en la vida del ser humano para conocer a Dios, es la oración. Hablar con Dios es otra de las formas en que podemos conocerle y fortalecer nuestra relación con él. Funciona igual cuando conocemos a otras personas. Mientras más hablamos con esa persona, más podemos conocer acerca de su personalidad, su carácter, sus ideas, sus costumbres, sus virtudes o defectos.
Es en los momentos de oración, cuando nuestro espíritu se une a Su Espíritu y encontramos fortaleza, guianza y paz para nuestras vidas.
A muchos nos cuesta confiar en Dios porque nuestra vida de oración está realmente por el suelo. Mantener un diálogo con el Todopoderoso va a causar que caminemos seguros y confiados.
Todos los grandes de La Biblia y de nuestros tiempos tienen algo en común: eran hombres de oración. Estos hombres tenían y tienen un diálogo con Dios tan frecuente, que no hay duda en sus vidas, de que Dios está con ellos.
La oración es el medio que usamos para comunicarnos con Dios. Si no hay una vida de oración, nuestro instinto de buscar una solución a nuestros problemas, nos va a hacer buscar la confianza en nuestras propias fuerzas, en nuestros propios recursos. En los momentos de oración es cuando Dios te recuerda Su Eterna Presencia y Su Poder Sobrenatural.
-Aprender requiere práctica- Aprender un idioma requiere práctica, aprender a tocar un instrumento requiere práctica, así mismo confiar en Dios requiere práctica. Muchos tenemos el conocimiento, hemos escuchado la teoría de que Dios es un Dios poderoso y que tiene todo bajo su control.
Escuchamos tantas veces que Dios no abandona ni desampara a sus hijos y hasta sabemos de memoria versículos bíblicos respaldando la fidelidad de Dios. Pero al primer problema, queremos "tirar la toalla", recurrimos a nuestras amistades, recurrimos a quien sea, buscando soluciones. Ese conocimiento tiene que fluir de nuestra mente a nuestro corazón, si queremos aprender a confiar en Dios. Cada problema que tengas, cada dificultad que enfrentes, son oportunidades de entrenamiento para que tu confianza en Dios crezca y tu fe se fortalezca.
Los mejores deportistas de la historia practicaban su deporte, de manera constante. A pesar de ganar campeonatos seguían practicando, cuando perdían alguna competencia, también seguían practicando. De esta manera debes practicar tu confianza, desarrollar tu fe, no importa cuantas batallas hayas perdido, sigue confiando, porque LA VICTORIA, EN EL SEÑOR, ES SEGURA.
"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo."
Juan 16:33