En las iglesias cristianas se celebra o conmemora la
Semana Santa y se inicia con la entrada triunfal de Jesucristo a
Jerusalén, también llamado Domingo de Ramos. Esto ocurrió hace alrededor de 2000 años, pero
lo que hoy desea Jesús es que tú celebres... su entrada triunfal en tu
corazón.
Por muchos siglos el pueblo de Israel esperó al
Mesías. Era una espera en la que, por algunos períodos caían en la
desesperación o el desánimo. Lo contradictorio es que esperaban un príncipe
guerrero como su Mesías y no un Dios que hablara de paz, de amor, de
oportunidades y que trajera liberación, sanidad y Salvación. Ese es el marco en
el que nuestro amado Salvador Jesús entra en Jerusalén. Contrario a lo que
hubieran esperado los religiosos de la época, de encontrarse con un poderoso
guerrero, Jesucristo entró a la capital Judía como Rey y Mesías.
Millares de personas se dieron cita a la entrada
del Señor Jesús en Jerusalén. Fue un recibimiento como se lo merecía el Rey y
Mesías. Lo grave para los religiosos de la época era que iba en contravía de lo
que esperaban. Tenían frente a sus ojos a un hombre manso, que hablaba de paz y
de amor, y no lo que esperaban: un guerrero que los libertara del yugo romano.
Ese mismo Jesús es el que hoy toca a las puertas de tu vida y te ofrece una
nueva oportunidad de cambio y de vida eterna. Si le abres tu corazón podrás
emprender una nueva vida, llena de realización.
Jesús quiere entrar triunfando en tu
corazón.
El Señor quiere entrar a tu vida para darte esa felicidad
que nunca has tenido, que ni las drogas, ni el alcohol, ni el sexo, ni el
dinero te podrán dar. Ni aun un cambio político en nuestros
países. Será una felicidad eterna, no efímera, que aunque vengan problemas a tu
vida tú podrás superar con la ayuda de él y celebrar triunfo tras triunfo.
Fíjate lo que dice La Palabra:
"Y Jehová
respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura,
porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el
hombre mira lo que está delante de sus ojos; pero Jehová mira el corazón" 1 Samuel 16:7
Y también dice: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
porque de él mana la vida" Proverbios
4:23
Es evidente lo importante que es nuestro corazón, para
Dios.
Dios está atento a cada corazón, no lo podemos
engañar, él sabe todo lo que llevas guardado e incluso hasta lo que no
sabes que está allí y te hace daño. No solo lo limpia, sino que es con tu corazón
que entras en el plan de salvación.
"Que si confesares con tu boca que Jesús es
el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levanto
de los muertos serás salvo" "Porque con el
corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación"
ROM. 10:9-10
El Espíritu Santo de Dios por medio
de Jesús es quien entra y transforma los corazones, sacando todo mal
y pecado que haya oculto en él, es por eso que se le dice: "Jesús
entra en mi corazón" Y no se trata de ser perfectas, perfecto es
Dios, se trata de reconocer ante Dios con un corazón humilde que lo
necesitas, que él es el único que te puede ayudar a cambiar a conocer
la paz y llevarte a su infinito amor, aquel que sobrepasa
todo conocimiento humano, que él es el único que te puede dar la salvación
del alma y sacar todo el mal alojado dentro de ti y arrancarte de las
manos del enemigo. Él será el único y mejor camino de descanso y
felicidad para tu hermoso corazón.
¿En dónde está guardado tu corazón? ¿En qué manos se encuentra?
¿Está vivo? ¿O se encuentra moribundo?
Permite que Jesús sea quien vivifique, cambie y limpie
tu corazón. Ya echa el temor a un lado y créele a Dios y entra como
millones de personas lo han hecho en el proceso de sanación, cambio y
purificación que solo Jesús está autorizado para realizar.
Celebremos hoy la entrada triunfal de Jesús en nuestros corazones y
seremos felices hoy y por la eternidad. Deja que Jesús realmente entre a tu
vida. No es una religión o tradición lo que necesitas. Es a Cristo
mismo a quien tú necesitas para ser salvo, para ser considerado un hijo de
Dios y tener la felicidad eterna.